Tuesday, 25 December 2012

A veces

¿Podría sacarte de mi mente?

¿No notáis cómo un solo comentario puede hacer que tu día sea el peor de todos los que conoces, el mejor o el más aburrido? ¿Lo notáis?

Pues yo creo que pasa exactamente lo mismo con las personas que conocemos a lo largo de nuestra vida. Pueden llegar un día que no las esperas o ese día que más las esperas.

Sea como sea.
Lleguen como lleguen. 
Te cambian la vida.

Aunque no lo quieras decir, me quieres, a veces.



Qué difícil es saber qué decir... pero mucho más difícil es saber decirlo. 



Wednesday, 12 December 2012

Amargo

No te rompas en pedazos si alguna vez lees esto.

¿Cuál es el valor de una palabra? ¿De una mirada?  O de un acorde, una pincelada, un gesto, una imagen, un sentimiento, un libro, una textura.

¿Cuál es?

Supongo que si pudieras responderme a eso, tendría claro que estarías mintiendo o, en el mejor de los casos, no diciendo la verdad.

¿Cómo vas a saber el significado que tiene para mí cada pincelada que doy? No se puede explicar con palabras, ni siquiera; porque, ¿recuerdas? Las palabras tampoco tienen un valor predeterminado. ¿Cómo vas a saber mi intención, mi pensamiento, si no te atreves a sostener una mirada apenas unos minutos? ¿Cómo serías capaz de decirme todo y nada a la vez?

¿Cómo podrías convencerme de que se puede caminar sin un motivo? ¿Cómo lo harías? O, mejor, ¿cómo te convencerías a ti mismo?

Amargo es el sonido de nuestros pasos al pisar esta nieve que no se derrite. Amarga es la sensación que nos deja el Sol cuando se va. Amargo es tu café sin azúcar de las mañanas. Amargo.



Wednesday, 28 November 2012

Cadencias perfectas

Me enfado con el mundo y doy un traspié.

Me olvido de mi mala memoria.

Decido ahogarme antes incluso de cansarme.

Camino sin sentido, sin camino y sin andar. Camino por los surcos del universo, de los recuerdos y de los planes.

Decido olvidarte y te prometo mi asistencia a nuestra cita de las seis. Te olvido y me olvido de olvidarte al segundo.

Camino. Caminas.

Vivo por mis sueños y apenas tengo un minuto para dormir. Ahogo mis penas en tres palabras. En esas tres simples palabras.

Sobrevivo a base de cadencias perfectas de los días más largos que jamás pudo saborear mi eterna rutina.
Descubro canciones que desnudan al alma. Me dejo llevar por ellas y me sonrojo al encontrarme de frente con mis razones para no querer dejarte ir. No soy capaz de soportarles la mirada, suspiro y sonrío.

No me canso de decir que estoy cansada. Me sobran motivos para intentar buscar uno que me explique por qué nos hemos encontrado tú y yo. De entre tantas personas, y yo.

Hey, you can tell the world that you are leaving... and you can tell them all that is over.
But while you wave goodbye, I'll be getting closer.



Monday, 5 November 2012

Me acordé de ti

Parece ser que las vueltas que da nuestro planeta no comparten el compás de nuestros pasos. De repente, parece como si fuéramos más rápido que nunca. Más seguros que nunca.

Espero el día en el que vengas, me mires y no digas nada. Tranquila, estoy aquí. Es todo lo que se necesita en un día de lluvia. Es todo lo que necesito las tardes de domingo.

Thursday, 1 November 2012

Ni contigo ni sin ti

¿Nunca os habéis sentido así? Como si os quisieran partir en dos.

Soy presa y beneficiaria directa de mis sensaciones. Soy egoísta por empeñarme en quererte. Soy indecisa por naturaleza, sensible por capricho y soñadora por casualidad. Soy mitad tuya y mitad mía. Somos uno y a la vez nos repelemos. Somos ciencia cierta y viajes astrales. Soy sonrisa un lunes y lágrima un martes. Soy viento y me gusta viajar.

Soy todo lo que me hiciste ser y ahora no puedes ver.

Soy todos mis secretos mejor guardados, mis dudas amontonadas. Mi historia en el cajón. Soy tú. Soy nosotros.

¿Y si te estuvieran estirando de los brazos? Uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. ¿Y si casi sintieras que te vas a partir en dos de la fuerza que ejercen? No podría abandonar ni a uno ni a otro, no podría decantarme por ningún lado. Pero es que la derecha y la izquierda siempre han sido tan incompatibles... ¿Por qué no pueden seguir juntas, mirar al frente las dos a la vez? Ni derechas, ni izquierdas.


Supongo que el mundo no sería mundo si todo fuese fácil.


Monday, 15 October 2012

You can take my memories

Que si me tiendes la mano, te doy un abrazo.
Que si me empujas desde un puente, me caigo al vacío.
Que si me pides que salte hacia el cielo, llego a las estrellas.
Que si lloras por mi ausencia, paro el tiempo. Donde estemos tú y yo. Paro el tiempo y me olvido de dónde se quedó. Para no volver a empezar, ni siquiera para terminar.

Just because I'm losing, doesn't mean I'm lost.

Creo que todo el mundo debería pintar un lienzo alguna vez. Coger un pincel, algo de pintura y convertir el tiempo que dura cada pincelada en algo entre la pintura y tú. La sensación será diferente cada día, cada minuto, cada segundo. Te condiciona tu día, quieras o no. Es como un abrazo. Un abrazo a cómo te sientes en cada momento. ¿Alguna vez has abrazado a alguien sin poder soltarlo? Eso es lo que he sentido yo hoy al dar la primera pincelada del día. Me abrazaba a mis sensaciones, a mis sentimientos, a mi realidad. Me abrazaba tan fuerte que apenas podía concentrarme en respirar.
Tú y el lienzo. Tú y tu realidad desplegada delante de ti. No hay tanta diferencia.
Dicen que si se separan los grandes problemas en partes simples, se resuelven casi sin pensar. ¿Es eso verdad? Supongo que lo será para aquellos que sepan diferenciar entre un gran problema y otro sin importancia.
Esas partes simples no están hechas para mí. Normalmente los grandes problemas no tienen solución. Quizás ni siquiera sean problemas. Todo depende de cómo queramos mirar a nuestro alrededor.

Lights will guide you home and ignite your bones. And I will try to fix you.

Saturday, 6 October 2012

De partidas y venenos

La distancia nos ganó la partida.

Quizás fueron los dados trucados. O mi mala suerte. O, quizás, que no fuimos lo suficientemente valientes.
Quizás fuiste tú. O yo.

O la estrategia de la vida, que siempre va medio paso por delante.

¿Quién puede luchar contra los caprichos del destino?

Siempre tendrás un trocito de mí. Siempre será tuyo por mucho tiempo que pase.

El destino podría arrepentirse de usar esos dados envenenados suyos. Podría darse cuenta de que sus fichas son siete mil veces mejores que las nuestras. Podría; pero no lo hará. Porque nunca lo hizo antes.
Nunca tendremos ventaja. Nunca nuestro puesto en el podio.

¿Qué pensarías si te dijera que sigo temblando al escribir estas líneas? ¿Y qué me dirías si supieras que sigues estando en la cumbre de mi pirámide de prioridades? ¿Y si estuviera pendiente de todas tus palabras, tu risa y tus cavilaciones? ¿Y si supieras que nunca podría olvidarme de ti ni por un segundo?

Quizás me dirías que miento, aunque pensaras lo contrario. Y, quién sabe, quizás tuvieras razón en eso de que miento.

Pero, dime, ¿quién de los tres es capaz de juzgar eso; , yo o el destino?


Thursday, 4 October 2012

Lo que me falta de ti

Todo consiste en cerrar los ojos y dejarse llevar. Dejarse llevar.

Dejarse llevar. Dejarse llevar. Dejarse llevar...

Hasta que no quede nada de ti en ningún lugar. Hasta que no sepas quién eres. ¿Qué importa todo lo demás?

Recuerdo las olas del mar del que nunca supe su sabor. Recuerdo el olor de las amapolas que nunca vi. Recuerdo el sonido de la guitarra que nunca toqué. Y recuerdo... recuerdo cómo me envolvías en tu abrazo pero casi me he olvidado del sonido de tu risa. También recuerdo que jamás olvidaste una sonrisa, ni una de esas frases que a veces soltaba sin más, cuando menos lo esperabas. Pero tampoco olvidaste ninguno de mis errores.

Recuerdo... recuerdo claramente el sonido de tu corazón pero, fíjate, lo que no consigo rescatar de mis recuerdos son tus ojos.

Me faltan tus ojos...

¿Y tú? ¿Recuerdas cómo estudiabas cada trazo de mi cuerpo? Seguro que recuerdas que no me enfadé cuando me dijiste que mi imperfección nunca llegaría a ser perfecta. Seguro que recuerdas que apenas paraba de pensar en ti.

Pero no estoy tan segura de que recuerdes mi nombre, mi edad o mis "te quieros".

Dejarse llevar. Dejarse llevar. Dejarse llevar...

Eso es todo lo que me enseñaste a hacer.

Thursday, 27 September 2012

It's about the way you smile

It's all about the way you smile.

Caminas. Corres. Me miras. Te giras. Sigues andando. Sonríes. Aceleras.
Y me vuelves a mirar.
¿Qué está pasando? Si esto fuera un sueño habría despertado ayer. Quizás esta mañana.
Arrastro los pies. Cierro los ojos. Suspiro. Te pienso. Te sueño. Abro los ojos.

Estás ahí.

De repente, parece como si todo el mundo sonriera a la vez, como si fueras una paleta llena de óleos. Como si la órbita de mi centro hubiera cambiado. Como si no existiera nada más que tú y yo... más todo lo demás. Eso es, creo que lo voy comprendiendo. Tú, yo. ¿De dónde hemos salido?

De un acoíris seguro que no y supongo que de una nube tampoco. ¿De dónde entonces? Salimos de nuestras palabras, de las miradas a medio hacer, de tu gesto cuando sonríes. De la forma en la que miramos al mundo. De la alegría por seguir adelante. De donde el futuro es el presente. De ahí.

Nuestro futuro siempre será el presente.

¿Y lo que venga después del presente? Ah, eso se llamaba futuro, ¿verdad? Pues podríamos omitirlo del diccionario. No nos hace falta. Ni a ti, ni a mí.

It's all about the way you smile...

De repente, todo tiene sentido. Los fines de semana son como el camión de los helados en pleno verano, como la lluvia de septiembre. De repente, te veo en todas partes. Todo el mundo se parece a ti. Y todo el mundo tiene algo en común a ti. Pero, ¿es que alguno te podría sustituir?

De repente... ¿Qué demonios? De repente, ninguna de mis palabras es suficiente. De repente...

...todos los coches son rojos.

Tuesday, 18 September 2012

Tan fuerte

Respirar. Tan fuerte que se rompa el aire...

Es como un treinta y uno de febrero. Como la rutina de los festivos. Como una carta sin abrir.
Como una canción que nunca has escuchado. Eso es. ¿Qué sientes cuando descubres una canción que cambia tu vida en tan solo cuatro minutos y veintiocho segundos?
¿Qué sientes cuando aparezco? ¿Y cuando me voy? Sí, ¿qué es lo que pasó cuando me fui, cuando mi imagen se perdió poco a poco para acabar en recuerdo?
Me gustaría saber tantas cosas que no cabrían en mi memoria. Y ni tan solo una estás dispuesto a decir.
Ninguna.
Eres así, siempre has sido así. ¿Siempre? ¿Quién es alguien para controlar un "siempre"? ¿Quién es tan valiente como para estar seguro de cualquier "siempre"?
Venga, es simple, está claro que no siempre fuiste esa canción de cuatro minutos y veintiocho segundos pero, ¿y ahora? ¿Lo eres ahora?

Thursday, 30 August 2012

Y alguna que otra noche más

¿Conoces esa sensación? ¿Esa que hace que se te acelere el corazón? Esa que consigue que cierres los ojos sin darte cuenta, sin pensar.
La vida da tantas sorpresas que si nos paráramos a contar todas y cada una de ellas necesitaríamos un par de siglos y alguna que otra noche más.
Cambios, cambios, cambios.

Cambiar el mundo, hablar de más, enredar un poco.


Nunca soporté aquello de perder el tiempo... pero es que a veces es tan inevitable. Pasas un año completo con una meta, pensando en ella todo el tiempo. Dándote esperanzas, caminando a ciegas, imaginando despedidas. Y, de repente, todo se hunde. La meta desaparece y solo cabe la decepción.

Salir cada noche a matar, hacer un par de rotos, amanecer charlando con cara de locos.


¿Y después? Después... abres los ojos. Después descubres lo grande que es el mundo  y lo poco que lo conoces. Después sonríes por darte cuenta de que, en realidad, no has perdido el tiempo; sino que has aprendido tanto, tantísimo, que podrías llorar de felicidad.

Hoy me he quedado pillado al verte, me pareces otro; pero eres el más grande, eres un terremoto.


Creo que muchas veces es eso en lo que se basa esta vida. Emociones, sorpresas y un par de acordes.

Tú puedes todo... y más.

Me dispongo a despegar vale la pena marear, sangrar, decir, averiar, hacer el torpe. O me da por preguntar, ¿de dónde he salido? Y ¿de que valdrá marcharme lejos, cambiarlo todo por un monte?

Friday, 17 August 2012

Pero más duele no verte

Cómo cambian las cosas en apenas dos días. Todo pasa de merecer la pena correr el riesgo a sentirse en lo más profundo de los abismos. ¿Cómo quieres que te cuente que he perdido tanto que apenas me permito respirar? Así, de golpe. Sin más.
Creo que las lecciones de la vida llegan por una buena razón; pero también creo que ella misma trata de hacer tu día a día completamente diferente a como lo ideaste.
Por eso, últimamente, he estado tratando de no pensar, no planificar o imaginar, no soñar. No hacer lo que antes me hacía sonreír por las noches: soñar despierta.
Duele verte así... pero más duele no verte.
Ven, vete, vuelve, mírame. Quiéreme. Y no me dejes sola. Nunca.
Valora mi esfuerzo, date cuenta de que siempre he estado aquí.
Hazlo y seré feliz.

Friday, 10 August 2012

Si tú no vuelves

Las adicciones vienen a ti sin más.
Y muy rápido.
Las adicciones me han enseñado que nada es bueno si esperas mucho de ello.

Las decepciones, sin embargo, llegan a la larga. O quizás no. Quizás ni te des cuenta de que has conocido algo nuevo cuando ya te ha decepcionado. ¿O es que eso es imposible?

Y las ilusiones... las ilusiones son la magia de la vida. La sonrisa en la cara de un niño. Y, también, la última gota de vino para un alcohólico.
¿Que por qué?
Es simple. Él es feliz bebiendo, es lo que espera hacer por siempre. Es en lo que siempre piensa, la solución a sus problemas y el proveedor de sus sonrisas. Y cuando se acaba la última gota, se termina. La ilusión se derrumba. Se esfuma. ¿Qué es de una vida sin ilusiones?
No me entristece tanto el hecho de que te vayas, que me quieras ver lejos o que ni siquiera me quieras ver; como aquel que es que me robes una ilusión.
Tú solo has sido capaz de crearla, traerla a mi vida y matarla. Así, sin importarte nada más.

Es triste que casi nunca veamos más allá de nosotros. Que el desconocer tantísimas cosas que pasan por ahí fuera nos hagan hacer daño a los que nos rodean. Es triste que nadie se dé cuenta de hacemos daño hasta que lo hacemos. O quizás ni siquiera nos demos cuenta del todo.

Es bonito, el silencio. Es triste, el silencio.
Dime, ¿qué es para ti el silencio?

Wednesday, 1 August 2012

Droga y medicina

Ni tanto, ni tan poco.

Avanza el tiempo tú, que las manecillas del reloj están ya demasiado cansadas para continuar ellas solas.


Sabes cómo hacer que desaparezca el mundo y todavía no me explico cómo es posible. Sabes sacar lo mejor de mí y ni siquiera me da tiempo a extrañarme. Sabes cómo hacer que todo lo que echo de menos no me termine haciendo daño. Me enseñas a guardarlo, retenerlo y que incluso me reconforte recordarlo.

Son aquellas pequeñas cosas, que nos dejó un tiempo de rosas en un rincón, en un papel o en un cajón.


Y por otro lado, no consigo separarte de cada ventana, rincón o lugar a los que mire. Siempre estás ahí, recordándome cualquier cosa menos que podré olvidarme de tu risa. Avanzas sin más, retrocedes sin llamar.

Como un ladrón te acechan detrás de la puerta. Te tienen tan a su merced como hojas muertas...

Sácame de aquí. Llévame contigo. Recorramos el mundo sin parpadear. Enséñame a caminar a través de los sueños. Alcancemos las estrellas. Saboreemos cada pedazo de la Luna. No me des tu mano, coge la mía. Fuerte. Como si nada fuese más importante.


...que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve. 



Sunday, 29 July 2012

Carpe diem

Las cosas vienen y van. Saltan y vuelan. Se pierden y aparecen de nuevo para volver a desaparecer.
Las cosas... tienen tanta importancia como tú le quieras dar.
El problema es cuando sabemos que esas mismas cosas tienen su final y ni siquiera han empezado. Nos centramos más en cómo aprovechar nuestro tiempo que en aprovecharlo de verdad. Solemos planificar, soñar, cuadrar cada segundo.
Y luego, ¿qué?
¿Qué pasa con los planos? Desaparecen, se pierden, se fugan, alguien los roba, se manchan de casualidades imprevistas y acaban plagados de lagunas.
En realidad, todos soñamos en vivir el presente. En ese Carpe diem. Todos sabemos perfectamente que los momentos por los que pasamos nunca más se volverán a repetir, no de la misma manera. Y, sin embargo, si nos paramos a pensar, nos pasamos esos momentos prometiéndonos que los disfrutaremos de verdad, que tenemos que disfrutarlos.
¿Cuántos momentos perfectos podemos vivir a lo largo de nuestra vida?
Estoy segura de que pueden llegar a ser muchos. Tantos como nosotros mismos nos permitamos, cuando nos dejemos disfrutar, olvidándonos de pensar si deberían suceder de otra forma o no.

Saturday, 28 July 2012

The Beatles

I'll pretend that I'm kissing the lips I am missing. And hope that my dreams will come true.




Siempre pensé que aquello de "no puedo vivir sin música" o "esta banda es mi vida" eran simples exageraciones. Algo así no podría ser cierto. ¿Cómo se puede explicar que cuatro personas que no hayas visto en tu vida y quizás jamás veas, puedan ser algo tan importante en tu vida?


And I'll send all my loving to you.


Si soy sincera, sigo creyendo que una banda de música no puede ser "tu vida", que no puedas vivir sin ellos, sin los que son capaces de crear esa música. La que te enamoró desde un primer momento. La que te acompaña de camino a ningún sitio. La que te ayuda a saltar cualquier charco, cualquier lago u océano. La que está cuando nadie más está. La que nunca se cansa de repetir lo maravilloso que eres en cada momento.


There's nothing you can know that isn't known. Nothing you can see that isn't shown. There's nowhere you can be that isn't where you're meant to be. It's easy.


En cambio, no puedo evitar emocionarme al verlos en cualquier vídeo, al escuchar cualquiera de sus nombres, al recordar que gracias a ellos, hoy en día, soy capaz de hablar con pasión de la música que escucho. La que he elegido por encima de las demás para que ocupe su lugar de "favorita" en mi vida diaria. 


All you need is love.


Creo que, al final, lo que perdura es su música. Y eso es perfecto. Está bien así. Son ellos los que la hicieron posible; pero estoy segura que haber escuchado una sola de sus canciones  puede ser algo por lo que sentirme más que orgullosa.


One and one and one is three. Come together, right now, over me.


¿Y qué pasará por la mente del único que quedaba en el escenario? Los únicos que siguen acompañándonos. ¿Qué podrán pensar Paul y Ringo cuando escuche cualquiera de sus canciones, cuando las cante o las tararee? Sus amigos, sus recuerdos, sus risas, sus peleas. Sus vidas. Todo se amontona en cada uno de sus versos. ¿Podéis imaginar cómo es eso? Yo no. Definitivamente, no.


Little darling, it's been a long cold lonely winter. Little darling, it feels like years since it's been here. Here comes the sun.


No dejaré de sonreír, de emocionarme o de sentirme orgullosa por ellos. Por todos ellos. Por los cuatro. Cuatro personas maravillosas, increíbles. Más diamante que hojalata. Más seda que lino. Más terciopelo que lija.


With love, from me to you.



Hey, Jude, don't make it bad. Take a sad song and make it better. And anytime you feel the pain; hey, Jude, refrain. Don't carry the world upon your shoulders. 


                    And when the broken hearted people living in the world agree, there will be an answer. Let it be.


                         You came just one dream ago and now I know that I will love you. Like dreamers do.




Living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see. It´s getting hard to be someone but it all works out. It doesn't matter much to me.


Strawberry fields forever. 


Sin más, The Beatles.

Tuesday, 24 July 2012

Me lo pones difícil, mi vida

Soy adicta al sirope de chocolate. A los saludos de desconocidos. A las tardes de verano tirada en el suelo del salón. A los corazones rojos y a las estrellas colgantes.
Soy adicta al sonido de la risa. A la imagen que brinda un paso de peatones en medio de una carretera. A las noches de viento. A la lluvia ligera.

Esta vez, si respiro es por no ahogarme.

Adoro las gotitas de agua que caen en la arena, el olor del café por la mañana al caminar y los cojines de colores.


He intentado respirar.


Sonrío al escuchar el sonido del móvil cuando termino una conversación; quizás por eso suelo esperar a que sea la persona con la que estoy hablando la que cuelgue. Sonrío al pensar que cada día voy a descubrir algo nuevo, al escuchar una canción nueva, al encontrar algo que me recuerde a ti.

No, espera.
Entonces sonreiría todos los días.

Como te mueras, te mato.


Dime, tú, que cuando apareces consigues respirar con normalidad. Tú, que apenas me miras más de dos segundos seguidos. Tú, que sigues con tu ritmo de siempre. Tú, que no te importa nada más que tu rutina. Dime, ahora, ¿sonrío todos los días? ¿Lo hago?

Ah, claro, yo no soy tu rutina. Ya voy entendiendo.

Sunday, 8 July 2012

Hasta el fin del mundo

Podría volar sin más, correr sin aliento. Podría echarte de menos cien veces a cada segundo. Podría.
Perdona si te digo que lo mío es aún peor.
Perdona si, de lo grande que eres, no cabes en mi mundo.
Perdona si no me atrevo a dejar atrás el miedo.
Dicen que el tiempo lo cura todo. Yo estoy segura de que no es así. Lo que queda incompleto, así será para toda la vida. Creo que el tiempo pone tiritas, vendas o escayolas. Creo que el tiempo solo da paso a un compás de espera. O dos. O incluso veintiséis.
A lo que me refiero es a ese momento en el que todo da igual en realidad. En el que nada es tan importante como en lo que estás pensando.
Ni cura, ni tiritas, ni olvido. No quieres nada de eso.
Quieres libertad, felicidad. Quieres valentía. De la de verdad. De la que solo tú mismo eres capaz de estar orgulloso.
Parece que la vida no tiene tanto sentido cuando nada ocupa tus pensamientos. ¿Qué es la rutina a tu lado? ¿Qué son los planes? ¿De qué sirven si con una única palabra eres capaz de hacerme callar?
Ensayar mil veces delante del espejo para que se olvide todo cuando apareces. Quedarte sin palabras, sin aliento... y sin corazón.
Quedarte ahí, congelar ese momento. Eso es lo único que ocupa tu mente.




Cuídalo, parece que mi corazón ha decidido quedarse contigo.



Thursday, 3 May 2012

Arcoíris

Frágil. Muy frágil, casi como la porcelana. Es como el canto de los pájaros. Como la lluvia en verano.
Es tan inolvidable que pasarían años hasta que te dieras cuenta de que algún día se fue para siempre. Es tan delicado que no te atreverás a rozarlo con tus dedos.
Es un sueño. Un atardecer de diciembre.
Es una canción de cuna. Una orquesta en su punto más emocionante. Es una ópera, una melodía que navega por las teclas de un piano.
Es música y es lienzo. Es pigmento y adrenalina.
Te acompañará siempre. No te soltará nunca. Agarrará tu mano como si fuera lo único en la tierra. Velará tus sueños y te arropará en las noches más frías del peor invierno. Cantará contigo sin importar el lugar, el tiempo o la causa.
Conocerá todos sus secretos.
Y será el mejor consejero.
Conseguirá que lo eches de menos en tan solo un segundo de silencio. Será necesario como respirar. Vital como sentir. Será un sentido más. Una pieza más de tu puzle. Será una parte imprescindible de tu diario y una noche en vela.
Será como el amanecer. Como un arcoíris.
Sí, un arcoíris.
Será tu única conversación. Tu único pensamiento. Será tu amor verdadero y tu risa sincera. Tu mirada perdida. Tu corazón que no descansa. Será todas tus palabras. Todas tus sonrisas. Será tu aliento de vida.
Será lo inexplicable. Lo que nunca te cansarás de recordar. Será todo aquello que te hace feliz.

Será... será lo que tú más deseas.


Tuesday, 1 May 2012

Aceptar los errores: nadie dijo que fuera fácil

Te despiertas un día. No te levantas, en su lugar, te quedas mirando el techo como si él sí supiera todas las respuestas que llevas buscando tanto tiempo.
No sabes por qué todo funciona de esta manera. De la misma manera de siempre. Sin excepciones. El método de la vida lo abarca todo por igual, incluso cuando estás más decidida de que lograste pasar la línea de lo normal.
Piensas que eres especial. ¿Sí?
Siempre habrá alguien que te recuerde que no es así.
Nada importa lo que digan los demás.
La honestidad quedó desfasada.
Sí, en eso consiste la moda últimamente. La fidelidad y la sinceridad quedaron desfasadas ya. Es todo tan triste...
Escuchamos solo lo que nos interesa. Pensamos que solo existe lo que queremos que lo haga. Somos como monigotes controlados por un lápiz casi sin punta. ¿Quién se atreve a afilar el grafito? ¿Quién se atreve a dibujar aún más fuerte y reconocible nuestro futuro?
Esta claro que nadie que siga las modas.
¿Cuántas personas que no lo hagan quedan, si es que quedan? ¿Tú? ¿Eres tú?
Eso pensaba yo hasta que me demostraste todo lo contrario. Hasta que tuve que tirar toda mi confianza a la basura. Hasta que supe que tú seguías sin ser especial.


Aceptar los errores: nadie dijo que fuera fácil.


Thursday, 5 April 2012

Sin secretos y sin días grises

Creo que mi vida es eso que pasa entre las veces que mis amigas y yo dormimos juntas en mi casa.
Sí. Lo creo. Lo sé.
Cada dos meses; a veces, incluso menos, decidimos pasar la tarde y la noche juntas. La idea siempre viene a nosotras de repente. No nos paramos mucho a pensarlo. Mañana os quedáis a dormir. Así funciona. Así de simple.
Ojalá todo lo demás también fuera así de fácil.
El plan siempre es el mismo: salimos por la tarde y volvemos a casa pronto. En casa, ideas variables: desde ver una película entera, a solo las canciones o incluso navegar por internet sin destino ninguno. Pero hay algo que nunca falla. ¿Sabéis qué es?
Pasarnos horas hablando. De todo y de nada. Al principio, siempre tenemos la misma sensación. Siempre parece que no hay nada que decir. Que lo sabemos absolutamente todo de nosotras. Pero, de repente, cualquiera empezamos con algún tema, una tontería, algo triste, algo curioso. Y ya, ahí, empieza todo. Es como el curso de un río: el nacimiento, indeciso, pequeño, alegre; luego, todo su curso, con sus afluentes, va creciendo, coge velocidad, emoción, ánimo; y, al final, la desembocadura. Siempre coincide con el sueño. Nos quedamos dormidas justo en ese momento. Callamos todas las palabras con cerrar los ojos. Sin más.
¿Sabéis? Si tuviera que decir algún momento en el que me doy cuenta de todo lo que podemos cambiar con el paso del tiempo, sería esas noches. Es como si pasaran siglos entre cada noche de esas. Quizás, una noche nos quedamos a dormir y hablamos de algo: emoción, risas, esperanza, cariño, ilusión. Y, a la siguiente, quizás podamos hablar de la misma cosa; pero, esta vez, acompañada de desilusión, decepción, tristeza. Realidad.
Es sencillo, si te paras a pensar. El tiempo pasa, las cosas cambian, las situaciones se dulcifican, a veces. Otras, se vuelve tensas. Y es así, siempre.
Cada noche es diferente. Cada una con su encanto. Con sus romances inciertos, con sus amistades increíbles. Con sus recuerdos y su emoción por el futuro. Por los planes que quizás algún día no seremos capaces de conseguir. O quizás sí.
Con sus promesas.
Las promesas que, estoy segura, se cumplirán.




Porque confío en vosotras. Como en nadie más. Confío en que estáis aprendiendo, como yo, a que no siempre hay que apostar a la primera... pero que es lo más emocionante que puedas hacer nunca.
Apostar para perder, para decepcionarte... o, quién sabe, para reír. Para ganar. Para saltar y llorar. Para cantar, para vivir con ganas. Para crear nuevos recuerdos. Y nuevos planes.
Para mantenernos juntas.


Sin secretos y sin días grises.



Tuesday, 13 March 2012

Un mal día para estar sin ti

El cielo estaba hoy demasiado alto para mí. Demasiado lejos.
Lo sentí justo cuando abrí los ojos por la mañana. Algo pasaría. Algo cambiaría.
Me levanté, de un salto, abrí las puertas de mi balcón y salí. El aire frío se desahogaba contra mi cara después de una noche especialmente larga. Él también echaba de menos cuando era bienvenido, cuando era de alivio para todo el mundo, cuando era verano y solo traía bienestar a todos. Él se sentía mal ahora y no hacía otra cosa que pagarla con la primera persona que encontrara a su paso.
No me importó, sin embargo.
En realidad, no me atreví a levantar la cabeza hasta que no estuve totalmente segura de que no me asustaría demasiado. Al final, no me quedó otra que tomar la iniciativa, dar el paso.
Levanté la mirada, suavemente, hasta que veía todo y nada a la vez. El Sol, a lo lejos, nubes, pájaros, azul. Grandeza.
Demasiada para un día como estos.
Era diferente. Era pesimista, extraño. No necesariamente triste.
Algo cambiaría. Algo iría a peor.
Y, sin duda, lo hizo.... aun cuando tenía todas las esperanzas puestas en la posibilidad de que no lo haría. En que serían tonterías.
He estado repasando nuestra historia. Nuestro momentos y nuestras palabras. He estado repasando los motivos por los que estoy aquí, ahora. Pero solo me encuentro a mí misma. ¿Dónde estás? ¿Dónde te has metido?
He recorrido hasta el último milímetro de nuestros laberintos y nuestras razones para ser alguien mejor. Me he preguntado mil veces cómo fue que apareciste... y cómo fue que te irás, poco a poco.
Me he vuelto a preguntar cómo sacrificar cualquier cosa, algo, lo que sea, que pueda hacerme cambiar a mí misma y no a lo que un día llegamos a ser.
Me he querido concienciar de que no es el día, de que no eres tú, ni nosotros, los que estamos provocando todo esto. De que todo sigue siendo un sueño; el sueño que me ha acompañado toda la noche y que, seguro, volverá. Para recordarme que no se equivoca; que esta vez gana él.
He querido creer que unas palabras solucionarían la tensión. Que la disiparían, como muchas otras veces hicieron. Pero no llegaron, ni llegarán.

Un mal día para estar sin ti.

Tuesday, 6 March 2012

¿Y quién sabe si nunca lo será?

Podría escribir tantas verdades, tantas realidades. Como el Universo. Podría confesarte que no sería nada difícil tocar las estrellas, sentir su luz; si tan solo me ayudaras a inclinarme un poco más. Podría contarte tantas historias y tantas paradojas que se acabaría toda la arena del reloj que lleva sin pausa desde que el mundo fue mundo. Desde que las estrellas fueron estrellas y desde que el Sol no descansa.
Podría dedicarte tantas canciones. Tantos versos, tantas palabras. Podría reconocer cada gesto en un solo segundo... y cada mirada antes de que pudieras apartarla.
Podría volver a vivir cada momento. Cada imagen. Cada recuerdo. Como si nunca se hubieran ido, en realidad. Podría imaginar de mil maneras cómo sería todo si nunca fuéramos a cambiar. Si todo fuera estático.
Pero no lo es. Nunca lo ha sido. ¿Y quién sabe si nunca lo será?
Podría guardar cada foto, cada silencio, en un cajón. Para que no vuelvan a aparecer en meses... y para que en años salgan, se levanten de nuevo contra mí y me susurren: "Hey, nunca nos fuimos, estábamos aquí". Y, en ese momento, podría cerrar los ojos, dejar que los recuerdos acaricien lo que quedó vacío algún día. Dejar que traigan de nuevo la magia, el encanto.
Y, quién sabe, quizás podrían acompañarme. ¿Por qué no? Nunca nadie dijo lo largo que podría ser un viaje. Y un viaje en soledad puede llegar a ser demasiado triste. Demasiado.
Incluso cuando piensas que los recuerdos solo son capturas amontonadas en un rincón. Incluso cuando sabes que nunca, jamás, volverás a ser la misma persona.
Incluso cuando nunca te conté todo lo que preparé aquella tarde. Incluso cuando no hice todo lo que podría haber hecho.
Incluso cuando se me olvidaron las dos únicas palabras que podrían salvar el momento. Las que no pueden volver. No ahora, no en este momento.

Saturday, 3 March 2012

It's the wrong kind of place to be thinking of you

Es difícil saber qué hacer en cada momento. Controlar la situación.
Quizás por eso solo nos queda aprender a dejarnos llevar.
Todo el mundo se empeña en enseñarnos cómo planificarlo todo. Cómo hacer que las cosas queden totalmente cuadradas, esquematizadas. A que todo siga un patrón inquebrantable... pero eso solo funciona con comentarios de texto, problemas matemáticos o análisis sintácticos, en realidad.
¿De qué te sirven los patrones luego, en el día a día? Quizás te ayuden, a veces. Pero, ¿cómo se aplican a un corazón roto? ¿Y a una sorpresa? ¿Y a la mala suerte?
Nada de eso se planifica. Nunca sabes a quién puedes encontrarte al girar la esquina porque, aunque estés seguro de que alguien te espera ahí, quizás se ha retrasado un cuarto de hora porque el agua caliente de la ducha ha tardado en salir. O, quizás, porque se ha encontrado a algún amigo que no veía desde hace mucho tiempo de camino a esa esquina. A la que tienes delante. Y, entonces, cuando vas decidido a saludarle con dos besos, con un apretón de manos o con un abrazo... giras vuestra esquina y...
Y nada. No hay nada. Estás tú. No hay nada ni nadie más. No está lo que tú esperabas. ¿Te sirve de algo algún patrón? ¿Te sirvió de algo pensar qué pasaría?
No.
Quizás el patrón de todo esto es no seguir ninguno. Ni siquiera pensar qué podría pasar.
¿No te has fijado? A veces, pensar lo que pasará después es como tentar al destino. Retarlo, haciéndole ver que sabes su próximo movimiento, lo que tiene preparado para ti. Y ahí es cuando estás perdido. El destino es demasiado caprichoso, demasiado orgulloso. No dejará que te anticipes a sus movimientos, a sus jugadas. 
Ten por seguro que pasará cualquier cosa, algo en lo que no habrás pensado. Pero nunca, nunca ocurrirá exactamente lo que esperaste.
Tal vez por eso, muchas veces, tenemos que pensar si sigue siendo bueno eso de soñar despiertos, de imaginarnos un cómo sería. 

Sunday, 19 February 2012

Te echo de menos

Echar de menos debería estar prohibido.
A veces, solo es cuestión de segundos. De repente, algo te viene a la cabeza. Algo que lleves tiempo sin ver, sin sentir, sin recordar. O, a veces, es algo de tu vida diaria, algo cotidiano. Algo que te hace feliz y que, en este momento, no tienes. Solo en este momento.
Y es que solo necesitas un: Tranquila, estoy aquí. Y el corazón se dispara. Vuela. Vuelve a soñar. Recuerda la felicidad que había olvidado al sentir esa angustia, esa agonía por haber creído que perdías algo. Algo demasiado importante.
Incluso hay veces que son cosas que creías triviales. Olvidadas, superadas. Incluso pensabas que pudieras haberte acostumbrado a ellas. Cosas innecesarias en cierta medida.
Pero no. De repente, vuelven. Vuelven a ti para recordarte que nada es insignificante, en realidad. Que nada se puede dar por olvidado o superado.
No, no quiero dar de lado a aquellos que alguna vez me regalaron una sonrisa. A aquellos que me hicieron feliz alguna vez. No quiero olvidarlos. Solo quiero recordarlos cuando todo era maravilloso. Cuando no había ninguna piedra en el camino.
¿Sabes? Muchas veces echo de menos a personas justo cuando me dicen adiós. Cuando se dan la vuelta para ir por su camino. Y, a veces, incluso cuando dicen hasta mañana. En realidad, una parte de ti se va con ellos.
Los empiezas a echar de menos.
De una forma u otra, más fuerte o más poco evidente, más intenso o más llevadero.
Sí, echo de menos cualquier conversación. Cualquier chiste. Echo de menos tu manera de sonreír, acompañando a la curva de tus labios con tus ojos. Echo de menos el eco de tu voz cuando apenas es perceptible. Tu sutileza. Tu manera de cambiar de conversación, de hacer como que no escuchas. Echo de menos tus frases a medio terminar. Tus melodías tarareadas. Tu guiño indeciso. Tu paso, tu estilo. Sí, tu estilo.
Echo de menos sentir la fuerza de escribir todo esto sin pestañear. Segura de mis palabras. Echo de menos cuando no resultaba tan difícil.
Te echo de menos... y ni siquiera creo que lo vayas a entender.

Sunday, 12 February 2012

Palabras



















...187 días desde que no sé nada de ti.






















  



Estática

A veces preferiría conocerme menos, ser capaz de engañarme más fácilmente.
¿Sabes? Hace tiempo pensé que tardarías milenios en salir de mi cabeza, de mi día a día. Pensé que sería casi imposible que te olvidara. Que solo fueras algo pasajero. Cada día buscaba. En todas partes, en donde menos te imaginas.
Te veía en todos lados pero, era curioso, en ninguno estabas, en realidad. Tu luz, la que un día me hizo saber que eras algo más que especial, ya apenas la recordaba. No sabía cómo era, cómo fue en ese momento. Ni siquiera hubiera sabido describir tu cara, tu mirada. No sabía nada de ti. Ni de tu luz, ni de tus ojos, ni de tu capacidad de hacerme temblar.
Hasta que llegó el momento. Casi fue de la noche a la mañana. No, ¿qué digo? Fue de la noche a la mañana. Quizás me di cuenta de que era absurdo seguir teniéndote en mi cabeza. O, quizás, fue algo diferente lo que me hizo creer haberme olvidado de ti. Pasaron semanas. Semanas enteras sin echar de menos lo que nunca tuve. Una mirada que nunca me perteneció. Una sonrisa que nunca me dedicaste.
Estaba tranquila, por fin. Me había olvidado de todo lo que me hacía bajar la cabeza, suspirar y conformarme con lo que ya tenía. Era como si te hubiera necesitado todo el tiempo atrás; pero, en ese momento, ya formabas parte del pasado. De las cosas que nunca tuve. De los sueños que quedaron en un baúl.
Es demasiado extraño, ¿no? No he llegado a entenderlo aún. No soy de las que se rinden; pero sí de las que lloran cuando se ven tan forzadas a quedarse en un sitio que lo único que pueden hacer es seguir respirando sin más. Estática. No puedo dejar que las agujas del reloj sigan contando, sigan restando minutos, días. Necesito mover pieza, pensar rápido. Y acertar.
Por eso mismo, por todo, hoy has vuelto a mi cabeza. Has vuelto a aparecer. Has tardado demasiado. Más de lo que esperaba...
...pero has vuelto con más fuerza. Dejándome sin aliento. Sin paciencia. Sin respuestas, sin excusas para justificarme.
No tengo ninguna razón para que hayas vuelto a aparecer. Ni siquiera sé dónde estás. Sigue siendo igual que antes. Pero yo, como una tonta, sigo creyendo pensar que algo sí ha cambiado. Claro que sí. Yo misma.
Vuelvo a los mismos días de antes. A buscarte cada día por todas las calles. A soñar con que te encuentro. Y a escribir lo que no me pudiste regalar, lo que no pude lograr sacar de ti.
Espero que algún día vuelvas. Que algún día te pueda volver a ver. Espero que aparezcas, como mucho tiempo atrás. Y no te vuelvas a ir. Espero esa sonrisa, la que dejaste guardada en aquel cajón.
La que lleva mi nombre.

Sunday, 5 February 2012

De vacíos y de palabras

Me acerqué demasiado despacio. Demasiado nerviosa, demasiado indecisa.
¿No parece, a veces, que el mundo es enorme? Más grande que de costumbre. Todo está mucho más lejos, muy distante. Ya, quizás, no te separen unos milímetros del aire que respiras. Sino que hay un vacío inexplicable entre él y tú. Te cuesta respirar. El oxígeno que necesitas tiene que pasar ese escalón, ese vacío, para poder llegar a ti.
Y ya no disfrutas de poder respirar, de poder sentirte completa. Ahora te preocupas por ese aire, por si no fuera capaz de dar el paso. De saltar ese vacío. De darte lo que necesitas.
¿No has caminado, muchas veces, sin saber a dónde vas realmente? Yo sí, demasiadas como para recordarlas todas. No sientes nada, ni frío, ni calor, ni cansancio, ni curiosidad por lo que hay alrededor. Nada. Tan solo está ese vacío, también, en el pecho. Pero, en cambio, ahora duele. Te aprisiona, sigue dificultando que ese aire te ayude, que llegue a su destino y te satisfaga. Sientes que, a cada paso, se va haciendo más grande. Es como sentir que algo se está yendo. Pero sin saber el qué. Normal, supongo, es vacío, es olvido.
¿Quién quiere olvidar, en verdad?
¿No es verdad que, a veces, tratas de buscar la forma de cómo decir algo, de cómo no dejarte en el camino ningún detalle, de cómo hacer que todo lo que está en tu mente, todo lo que te hace sentirte un poco más extraña, se convierta en palabras? Las palabras más maravillosas del mundo.
Te lleva una semana. Dos. Tres, quizás. Y, al final, te decides. Sí, ya sabes cómo lo conseguirás. Está todo planeado y, por fin, no estarás tan sola. Solo un poquito menos que antes.
Y llega. Llega el día y... ¿qué?
Nada.
Absolutamente nada.
¿Qué tenías que decir? ¿Dónde se han ido las palabras maravillosas? ¿Dónde se han escondido?
Eh, espera... ¿no es ahora el vacío un poco más grande?

Tuesday, 31 January 2012

I'm gonna be a star

¿Sabes? Puede que algún día descubras que alguien le pidió a una estrella que brillara solo para ti.
Quizás consigas entender que los recuerdos no se pierden, ni tampoco se buscan. Solo se mantienen ahí, en tu mente, donde tienen que estar. Y... supongo que aparecen cuando necesitan aparecer. Cuando se encuentran solos. Cuando te necesitan.
Sí, a ti.
Puede que algún día pierdas el miedo a que tu felicidad se derrumbe. Quizás lo que te hace feliz ahora, sea solo una curva más que hubo en tu camino.
¿Sabes qué? No me arrepiento de decir que yo tengo ese miedo. Pido al cielo, a las estrellas, a la luna. A mí misma. Para que lo que hoy me hace feliz, no se convierta en rutina más adelante. Tengo miedo de olvidarme de algunos de los sueños de ahora por culpa de la costumbre. Del aburrimiento, de la monotonía. Tengo miedo de cansarme de todo. De necesitar buscar nuevas experiencias para ser feliz, con el coste de dejar de lado a las que un día me regalaron la sonrisa más sincera, más increíble de todas.
Vivo con miedo, nunca me creí eso de: "No, si yo no tengo miedo a nada". Es absurdo. Es imposible.
A no ser que no tengas nada más que perder... que sigue siendo tan difícil como cambiar el curso de un río a base de dar forma a sus piedras. Es tan difícil como olvidarse de todos tus pensamientos por más de dos minutos. Absolutamente todos.
"I'm gonna be a star. You know why? Because I have nothing left to lose".
¿Y qué hay de eso? Es diferente, ¿verdad?
Es curioso, cuando no tienes nada que perder, nada por lo que llorar o reír. Cuando tus sueños son recuerdos. Cuando sientes que no puedes más, tienes dos opciones: rendirte, abandonar... o seguir adelante, ser una estrella. Triunfar. Reírte del mundo. De ese mismo mundo que un día quiso creerse más grande que tú, por el simple hecho de tener el control.
No. No tiene el control.
Tú llevas este barco. El timón.
No te confíes, nunca sabrás a tiempo si tu barco resultará ser de papel... o de madera. La madera más resistente del mundo. La más increíble.

Saturday, 28 January 2012

No es algo que facilite el día a día

Siempre fui fanática de los imposibles.
Conseguir lo fácil, lo ya hecho. Trabajar sin esfuerzo, no buscar la perfección.
Creo que cada persona depende de su estado de ánimo, de su personalidad y, ¿por qué no? De sus recuerdos, de sus aventuras, de su experiencia.
Nunca fui de esas personas que se conforman con lo escrito, con lo ideado. Necesito algo más. Algo que esté más allá. Fuera de lo convencional.
Necesito retos, murallas por destruir. Cielos demasiado altos, infiernos demasiado ardientes.
Siempre elijo el camino difícil. El que sé que me complicará la vida. El que me hará llorar, pensar todo el día, sonreír. Ese que me llevará tiempo comprender.
A veces, escojo rutas que ni siquiera están totalmente ideadas. Quizás sean inciertas; pero es ahí donde está la emoción. La sensación de no saber lo que pasará al final.
Y, ¿sabes? Soy experta en encontrar esos caminos... que son más difíciles. Esos que, en muchos momentos, te obligan a hacer una pausa y pensar si estás haciendo lo correcto. Si sería mejor abandonar.
Pero... es que nunca, jamás, me he permitido abandonar. Nunca.
Es algo demasiado fácil para mí. Demasiado sencillo.
Necesito esos laberintos, esos días imposibles para mantenerme viva día a día. Necesito aprender algo nuevo siempre. Necesito saber que algún día, lejos de aquí, alguna de esas metas me premiarán con todo lo que soñé.
Y ese será el momento en el que sabré por qué empecé cada uno de esos sueños, cómo fui capaz de tenerlo tan claro al principio... y perder la razón durante el camino. Para recobrarla al final.
Sí, claro que podría decir, con toda la certeza, que soy fanática de los imposibles.

Olvidar y simplificar

Cuesta acostumbrarse a perder la suerte.
Cuesta hacerse a la idea de que hay que desechar todo lo que pensamos que nos haría felices. Todos los cuentos de hadas que creímos perfectos.
Te das cuenta de que algo iba en serio cuando te duele escribirlo. Recordarlo. Quizás no siempre es así, pero sí muchas veces.
No sé qué estoy haciendo. Solo sé que, a veces, nos tenemos que hacer a la idea de cosas que no nos gustan en absoluto. Algunas solo nos llevan un par de días... pero otras pueden acompañarnos meses, años. Incluso una vida entera.
¿Sabes qué es lo peor de eso? Que no siempre tratamos de conformarnos con eso, que es lo correcto. A veces,  intentamos que se nos olvide y, por eso, volvemos a la ilusión. A la ilusión de que esas cosas prohibidas no estén tan lejos.
¿Quieres un consejo? No dejes que nunca, nadie, te diga qué es lo correcto.
Pero eso no excluye el hecho de que tengas que renunciar a cosas, por maravillosas que sean para que, a la larga, todo sea más "bonito".
Más sencillo.

Friday, 27 January 2012

Dejar huella

Piensa en algo que te haga sonreír. Una melodía, una imagen, un regalo, una persona. Una sensación, un momento.
No te lo quites de la cabeza en ningún momento.
Si te ha costado encontrar algo, quizás, solo quizás, es hora de que vayas en busca de ese algo. De ese último pensamiento antes de caer rendida cada noche. Es hora de que decidas buscar algo que condicione tu felicidad en muchos momentos. Es precioso ver cómo puedes disfrutar de algo tan solo con la imaginación.
¿Sabes? Puedes recorrer el mundo con ese pensamiento. Puedes ir a París, a Londres, a Roma. Puedes subir al cielo o nadar por el océano. Solo te hacen falta dos cosas. Ilusión y ese algo.
Puede que, si consigues ser feliz tan solo con eso, algún día te encuentres sonriendo sin motivo. Cuando andas por la calle o cuando estás a punto de dormir. Puede que algún día agradezcas tanto a la vida que ni siquiera se te pase por la cabeza desaparecer, ser otra persona o, quizás, arrepentirte de todo lo que eres, lo que has conseguido.

Tuesday, 24 January 2012

Por casualidad

Al principio, te vi, miré para otro lado y, sin que nadie se diera cuenta, cerré los ojos y suspiré. Ya estabas aquí. Habías llegado por fin.
No creo en las casualidades. Antes sí, ahora, quizás menos. Tampoco estoy en condiciones de afirmar nada.
Últimamente parece como si todo estuviera programado. El destino es demasiado caprichoso, definitivamente. No se conforma con vasos medio llenos. Los quiere enteros.
Es demasiado irónico. El destino te trajo, por casualidad,  te puso delante de mí. Y, cuando supo que ya no había vuelta atrás, cuando supo que había caído hasta el fondo; desapareciste.
Sin más.
¿Dónde estás? A veces, incluso parece que quieres decirme algo pero, luego, ni siquiera existes.Y lo mejor que puedo hacer es sentarme y esperar.
El problema de todo esto es prepararse. Tener algo, por mínimo que sea, planeado. El problema de todo esto es seguir viviendo de la ilusión. Seguir pensando que son tonterías. Que mañana será mejor. No, mañana no, dentro de un tiempo. Sí, ¿qué pasa con ese tiempo? Luego nunca es como esperas. Nunca es ni tan bueno, ni tan malo.
Es, simplemente, diferente.
Quizás mi problema es que siempre mantengo la esperanza. No, espera, quizás ese es el problema que tiene el destino conmigo. Es un ciclo, un círculo cerrado. Siempre pienso que no ha llegado el final. Siempre estoy segura de que falta demasiado para caer. Para llegar hasta el fondo.
Siempre creo que hay demasiadas soluciones.
Pienso que hay que buscar una solución cuando el problema nos golpea en las narices. Cuando ya no hay más remedio.
Nada es para siempre.
Absolutamente nada.

Monday, 16 January 2012

You are simply wonderful :)

Imagínate.
Un lunes, mediodía. Acabas de terminar tus clases, tu rutina de siempre. Y es el único descanso que tienes porque, después, por la tarde, sigues con tus clases. Con tu monotonía. Estás comiendo con tu familia, como siempre. Nada parece haber cambiado, todo sigue como siempre. Hablas animadamente, sin contratiempos.
Y, de repente, suena esa melodía. Esa melodía que te hace reaccionar cuando menos te lo esperas. Apenas dos segundos de alarma.
“Vaya, ¿un mensaje?”
Sí, un mensaje. Frunces el ceño y barajas la posibilidad de levantarte de la mesa, así, sin más, y saciar tu curiosidad; o, simplemente, esperar que pase el tiempo. Ya lo verás luego, seguro que no es nada importante.
¿Seguro?
Te levantas, sin pensarlo demasiado. Al demonio con lo acordado, con las reglas. Con lo que estaba previsto que tú hicieras. Te levantas y coges el teléfono. Sabes que todos te están mirando pero no te importa. Tampoco parece que vayan a tenerlo en cuenta.
Miras el teléfono fijamente, a esa pantalla. Y te decides, abres el mensaje.
¿Y ahora? ¿Y ahora qué?
Sonríes. No, no te lo esperabas. Era demasiado poco previsible. Demasiado directo. Demasiado perfecto.
De repente, empiezas a recordar. Haces un camino por tus últimos días. No, quizás no hayan sido los mejores. Pero ahí está ella para recordarte que queda toda una semana, entera, es tuya. Es vuestra. Y, por eso mismo, va a ser más que perfecta.
Las dos sabéis que últimamente no todo ha sido tan maravilloso como se esperaba. Como estabais convencidas de que iba a ser. Pero también sabéis que los lunes no solo sirven para desear que acabe ya la semana. No solo sirven para pensar lo lejos que está ese fin de semana. Ese viernes, ese sábado y ese domingo.
¿Sabes? Creo que es tu primer paso, en este lunes, para convertir la semana en perfecta. En una digna de recordar, en una de las mejores porque...
“You are simply wonderful :)”

Sunday, 15 January 2012

How I wish you were here

Que no, que no eres tú, que ya no estás tú...



Hay personas que se van. Personas que, sin ningún motivo aparente, desaparecen.
Y ahí es cuando las consecuencias se dejan ver. Nunca pensaste qué pasaría cuando faltara alguien en tu vida. Y, si lo pensaste, ni siquiera te imaginabas que pudiera ser verdad, de la misma forma en la que aparece en tu cabeza.
Hay una ligera diferencia cuando lo piensas a la realidad. Cuando lo piensas, te basta con abrir los ojos y saber que era todo una farsa. Que sigues ahí, con esa persona, que no te ha fallado. En cambio, todo cambia cuando la imaginación se adapta a la realidad. Cuando abres los ojos y te encuentras vacía. Alguna parte de ti ha muerto porque tus ojos ya no ven igual que antes. Ya no ven las mismas cosas. Falta alguien.
Y nunca va a volver.
Quizás, cuando te imaginabas qué sería de ti sin esa persona, alguna lágrima empujaba desde dentro de ti para salir al exterior, para hacerte ver que no era algo trivial esa sensación.
Sin embargo, todo cambia, aunque no lo creas, cuando todo pasa a ser realidad. Sí, caen lágrimas de los mismos ojos, del mismo corazón. Pero son distintas a las de antes. 
Ahora, estas, llevan un peso que nunca más vas a recuperar. Sale, poco a poco, de ti la alegría que te hacía pensar que ese alguien estaría allí si le pidieras cualquier cosa.
Porque ya nunca va a estar.
¿Sabes? Creo que las lágrimas te dejan vacío. Y, cuando ya no queda ninguna más, es cuando te paras a pensar. En frío.
Qué diferente sería todo si nunca te hubieras ido. How I wish you were here.

Luz propia

¿Nunca habéis tenido la sensación de que alguien resalta entre muchas personas? Como si tuviera luz propia.
Estás de compras, en el centro de la ciudad. Demasiadas personas, demasiadas caras. No te fijas en nada ni en nadie. Al fin y al cabo, todas son personas que han salido al centro igual que tú.
Y, de repente, allí está. Hay una luz que te ciega. No te deja ver y, a la vez, te obliga a mirar. Es como un imán.
Y, cuando te paras a mirar esa cara, es como si no hubiera nadie más. Nadie más porque todas las demás personas no tienen esa luz. No tienen ese encanto. No sobresaltan de ninguna manera.
Imagínate, por ejemplo, Los Beatles. Mira una fotografía y sin pararte demasiado, dime quién te ha parecido que brillaba con luz propia.  Quizás todos te parezcan lo mismo... o, quizás, alguno, tiene un toque personal diferente. Quizás te parece diferente de alguna manera. Que sale fuera de la foto. Que te quiere decir algo.


¿Sabes? Tengo a Paul McCartney en mi habitación. Ha salido de la fotografía.

Saturday, 14 January 2012

Una fuga de constancia

¿Quieres que te cuente un secreto? A veces, pienso que la vida no sería tan maravillosa si faltaran los pequeños detalles.
Piensa en tu mejor amigo. ¿Lo echas de menos ahora mismo? Quizás acabes de despedirte de él, lo hayas visto hace poco o esté aquí mismo contigo. Quizás, solo quizás. Porque también puede que haga tiempo que no habléis demasiado, que no sepas nada de él desde hace varios días.
Creo que el destino nunca te avisa de cuándo va a actuar. De cuándo va a mover pieza. Nunca quiere decirte cuándo aparecerá y te robará todo lo que tienes. Se acerca de repente, ni te mira. Se lo lleva todo.
O te da lo más bonito del mundo.
Te ofrece una alternativa, una parte de ti que no conocías. Te obliga a crecer, a ser alguien un poquito mejor. Te ayuda a sonreír, a ser consciente de todo lo que tienes. De las oportunidades que te ha regalado.
¿Sabes? Hazme caso, piensa en tu mejor amigo... y sonríe. No lo dejes escapar. Míralo, sin motivo, cada día. No permitas que haya un solo día que no sepas nada de él. No dejes que el destino se interponga cuando no le toque. No consientas que todo se consuma por culpa de una fuga de constancia. Cállate, míralo a los ojos.
Y sonríe. Sin que sepa la razón, sin que, ni siquiera, se la imagine... porque así, algún día, serás tú el que no se imagine un motivo, una razón por la que te sentirás tan feliz. Tan completo.
Te aseguro que tu vida estará más cerca del cielo, donde todos los sueños se cumplen. Sin saber por qué.









        Hay veces que me paro a pensar y...





















              ...nunca le dejáis espacio 
                           a mis pensamientos.

Friday, 6 January 2012

Días como esos

Son de esos días que te marcan. Esos días que supondrán una diferencia en tu monotonía. Son de esos días que recuerdas con cariño, que cuando alguien se acuerda de ellos delante de ti, estás obligado a sonreír. De esos días que, si ves fotos de cuando lo viviste, deseas volver de nuevo. Sentir de nuevo.
Ojalá pudiera volver a ese día. Vivirlo.
Es ahora cuando me doy cuenta de que fue demasiado especial. De que, si no hubiera estado en el momento exacto, en el sitio exacto, quizás, solo quizás, lo habría dejado pasar y, ahora, sería un poco menos feliz. Un poco menos soñadora.
Creo que todos necesitamos tener días así. Días inmejorables. Aunque no perfectos.
Poco a poco, tu meta es volver a sentir esos momentos. Hacer que vuelvan de nuevo, tenerlos a tu lado. Sacarle provecho a todos y cada uno de los segundos de esas veinticuatro horas.
Son de esos días en los que aprendemos algo. Algo que condicionará tu camino al andar. Condicionará, quizás un poquito o quizás mucho, tu paso. Quizás consiga traer nuevos sueños que alcanzar, o dibujar una nueva meta.
De repente, tu cielo es un poquito más azul, está, sin darte cuenta, un poquito más cerca. El Sol, las nubes, te invitan a acompañarlos. A formar parte de esa belleza.
Una belleza que alcanzarás... un día como esos.
La belleza que alcanzaste en ese segundo, en esa mirada... en ese escalofrío.

Tuesday, 3 January 2012

El recuerdo te hace más fuerte

A veces los recuerdos nos juegan malas pasadas.
Cuanto más tranquilo estás, cuando más convencido te sientes de que todo está superado, de que, absolutamente todo, quedó en el pasado, es cuando se encargan de aparecer y hacerte ver que no se quedaron tan lejos.
Te hacen trasladarte a un pasado, malo o bueno. A veces, lo echas de menos; en cambio, otras, deseas que se hubiera quedado tranquilito en su lugar, en donde debería estar siempre.
¿Sabes? Hace poco tiempo que me acompaña uno de esos recuerdos a todas horas. No es algo que tuve que superar. Simplemente, tuvo su lugar y allí se quedó. Tuvo su momento de gloria y se apagó. Se apagó durante mucho tiempo. Y, ahora, es cuando vuelve. Traicionero. No me entristece, no me hace llorar, ni siquiera me estremece. Tampoco ardo en deseos de que se vaya de nuevo o, quizás, de que se vuelva a repetir. Solo parece como si echara de menos cómo me sentí en aquel momento, disfrutando y viviendo ese recuerdo.
Ahora, sin embargo, son escenarios completamente distintos. Pero, a veces, es como si nunca hubiera avanzado el tiempo. Es cuestión de segundos, la sensación de estar estancado pasa por delante de ti y se va. Sin más. Vives de nuevo ese recuerdo, como si nunca, en ningún momento, se hubiera acabado.
Parece que solo quiere recordarte que está allí, que no se irá y que las historias se repiten, una y otra vez.
Una y otra vez.
Y ese recuerdo te ayuda a ser más fuerte... pero también te mantiene invulnerable, te hace olvidar dónde estás, llevándote a otro lugar, lejos del presente.

Sunday, 1 January 2012

Justo ahora

¿Sabes? Ahora es cuando me creo que todo va a ir sobre ruedas. Es como si los años anteriores hubiera mentido en cada brindis de año nuevo. Soñaba con un año maravilloso, con un año inolvidable, pero nunca llegué a creérmelo. Quizás mis metas durante todo este tiempo no han sido las adecuadas. No se ajustaban a mi felicidad. O, quizás, simplemente, no llegué a comprenderlas del todo. No llegué a profundizar en ellas, a mirar dentro, a saber que cada parte de ellas es demasiado importante como para dejarla pasar.
Y, ¿sabes qué? Este año todo ha sido diferente. Me he creído que todo va a ser mejor que nunca. Sé que no me equivoco. Lo sé, simplemente. 
Sé que mis metas son alcanzables; necesitan esfuerzo, pero eso es lo que me ilusiona. Sé que son más que sueños, más que premios. Son lo que me espera este año. Son los reponsables de mis sonrisas, de mis miradas, de mis lágrimas.
Son todo lo que podría esperar. Aunque queden mil por descubrir.
Todo eso, absolutamente todo, me obliga a creerme que, de hecho, este año va a ser mejor que nunca. A partir de ahora, justo en este momento, podría levantarme y no temer. Nunca más.
Porque sé que las voy a alcanzar, las veo cada vez más cerca.
Los sueños... no son algo de cuentos de hadas.