Sunday, 8 July 2012

Hasta el fin del mundo

Podría volar sin más, correr sin aliento. Podría echarte de menos cien veces a cada segundo. Podría.
Perdona si te digo que lo mío es aún peor.
Perdona si, de lo grande que eres, no cabes en mi mundo.
Perdona si no me atrevo a dejar atrás el miedo.
Dicen que el tiempo lo cura todo. Yo estoy segura de que no es así. Lo que queda incompleto, así será para toda la vida. Creo que el tiempo pone tiritas, vendas o escayolas. Creo que el tiempo solo da paso a un compás de espera. O dos. O incluso veintiséis.
A lo que me refiero es a ese momento en el que todo da igual en realidad. En el que nada es tan importante como en lo que estás pensando.
Ni cura, ni tiritas, ni olvido. No quieres nada de eso.
Quieres libertad, felicidad. Quieres valentía. De la de verdad. De la que solo tú mismo eres capaz de estar orgulloso.
Parece que la vida no tiene tanto sentido cuando nada ocupa tus pensamientos. ¿Qué es la rutina a tu lado? ¿Qué son los planes? ¿De qué sirven si con una única palabra eres capaz de hacerme callar?
Ensayar mil veces delante del espejo para que se olvide todo cuando apareces. Quedarte sin palabras, sin aliento... y sin corazón.
Quedarte ahí, congelar ese momento. Eso es lo único que ocupa tu mente.




Cuídalo, parece que mi corazón ha decidido quedarse contigo.



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