Piensa en algo que te haga sonreír. Una melodía, una imagen, un regalo, una persona. Una sensación, un momento.
No te lo quites de la cabeza en ningún momento.
Si te ha costado encontrar algo, quizás, solo quizás, es hora de que vayas en busca de ese algo. De ese último pensamiento antes de caer rendida cada noche. Es hora de que decidas buscar algo que condicione tu felicidad en muchos momentos. Es precioso ver cómo puedes disfrutar de algo tan solo con la imaginación.
¿Sabes? Puedes recorrer el mundo con ese pensamiento. Puedes ir a París, a Londres, a Roma. Puedes subir al cielo o nadar por el océano. Solo te hacen falta dos cosas. Ilusión y ese algo.
Puede que, si consigues ser feliz tan solo con eso, algún día te encuentres sonriendo sin motivo. Cuando andas por la calle o cuando estás a punto de dormir. Puede que algún día agradezcas tanto a la vida que ni siquiera se te pase por la cabeza desaparecer, ser otra persona o, quizás, arrepentirte de todo lo que eres, lo que has conseguido.
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