Siempre fui fanática de los imposibles.
Conseguir lo fácil, lo ya hecho. Trabajar sin esfuerzo, no buscar la perfección.
Creo que cada persona depende de su estado de ánimo, de su personalidad y, ¿por qué no? De sus recuerdos, de sus aventuras, de su experiencia.
Nunca fui de esas personas que se conforman con lo escrito, con lo ideado. Necesito algo más. Algo que esté más allá. Fuera de lo convencional.
Necesito retos, murallas por destruir. Cielos demasiado altos, infiernos demasiado ardientes.
Siempre elijo el camino difícil. El que sé que me complicará la vida. El que me hará llorar, pensar todo el día, sonreír. Ese que me llevará tiempo comprender.
A veces, escojo rutas que ni siquiera están totalmente ideadas. Quizás sean inciertas; pero es ahí donde está la emoción. La sensación de no saber lo que pasará al final.
Y, ¿sabes? Soy experta en encontrar esos caminos... que son más difíciles. Esos que, en muchos momentos, te obligan a hacer una pausa y pensar si estás haciendo lo correcto. Si sería mejor abandonar.
Pero... es que nunca, jamás, me he permitido abandonar. Nunca.
Es algo demasiado fácil para mí. Demasiado sencillo.
Necesito esos laberintos, esos días imposibles para mantenerme viva día a día. Necesito aprender algo nuevo siempre. Necesito saber que algún día, lejos de aquí, alguna de esas metas me premiarán con todo lo que soñé.
Y ese será el momento en el que sabré por qué empecé cada uno de esos sueños, cómo fui capaz de tenerlo tan claro al principio... y perder la razón durante el camino. Para recobrarla al final.
Sí, claro que podría decir, con toda la certeza, que soy fanática de los imposibles.
No abadones, te lo dice un arbushto :)
ReplyDeletePerfecto. Ni una coma fuera de su sitio. Perfecto.
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