Piensa en tu mejor amigo. ¿Lo echas de menos ahora mismo? Quizás acabes de despedirte de él, lo hayas visto hace poco o esté aquí mismo contigo. Quizás, solo quizás. Porque también puede que haga tiempo que no habléis demasiado, que no sepas nada de él desde hace varios días.
Creo que el destino nunca te avisa de cuándo va a actuar. De cuándo va a mover pieza. Nunca quiere decirte cuándo aparecerá y te robará todo lo que tienes. Se acerca de repente, ni te mira. Se lo lleva todo.
O te da lo más bonito del mundo.
Te ofrece una alternativa, una parte de ti que no conocías. Te obliga a crecer, a ser alguien un poquito mejor. Te ayuda a sonreír, a ser consciente de todo lo que tienes. De las oportunidades que te ha regalado.
¿Sabes? Hazme caso, piensa en tu mejor amigo... y sonríe. No lo dejes escapar. Míralo, sin motivo, cada día. No permitas que haya un solo día que no sepas nada de él. No dejes que el destino se interponga cuando no le toque. No consientas que todo se consuma por culpa de una fuga de constancia. Cállate, míralo a los ojos.
Y sonríe. Sin que sepa la razón, sin que, ni siquiera, se la imagine... porque así, algún día, serás tú el que no se imagine un motivo, una razón por la que te sentirás tan feliz. Tan completo.
Te aseguro que tu vida estará más cerca del cielo, donde todos los sueños se cumplen. Sin saber por qué.
Hay veces que me paro a pensar y...
...nunca le dejáis espacio
a mis pensamientos.
Eres una chupóptera toca saxofones. Y sí, me haces sonreír.
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