Monday 30 December 2013

Impulso

It's like a bomb that never explodes.

Que todo va bien, que cayeron tus ruinas.


Parece que soy fan de eso de crear dolor. De sembrar la duda. A veces. Parece que voy buscando todo lo que no espero hacer... y todo lo que deseo hacer.

Siempre acabamos igual, quizás alguna vez ya no me duela tanto.

No son perfectos. No son de película. Ni de ciencia ficción. Son reales. De la vida pasajera. Del mundo sensible. Son lo que menos esperas cuando tratas de esperar. Y son tus amigos, siempre que trates de vivir.
¿Y qué se puede esperar de otros trescientos y tantos días por delante? ¿Y por qué cada vez todo es más diferente a todo lo que pensé el día anterior? ¿Por qué ni siquiera puedo intuir cómo será tu mirada dentro de un par de meses? ¿Y qué puedo perder? ¿Y qué puedo perder? ¿Y qué? Puedo perderte.
Puedo perderos.
Puedo perderme.

Sería increíble poder decir que lo que quiero es que nos perdamos. Todos juntos. Y a la vez a solas. Quiero hablar. Contar mi historia. Lo que nunca nos decimos. Aunque siempre pensemos que ya no hay más que contar.
Os necesito como nunca. Como nunca. Y siento que no. Que no, que no. Que ni siquiera sé dónde estoy ahora mismo. Que ni siquiera esta memoria permanece. Parece que prefiere desaparecer, a pasos de gigante. Como si se hubiera adelantado al futuro. Perder la memoria. Perder los recuerdos. Dormirme en la parte más interesante de la película.
Y arrepentirme.
De no haber sabido que eras mi impulso. Que todos fuisteis mi impulso alguna vez.

Odio olvidar. Adoro recordar cómo nos conocimos. Odio perder el contacto visual. Adoro atar cabos, saber por qué. Odio solo ver tu espalda al andar.
Es como un estado de transición. Y nunca salgo de ahí. Nunca llega el siguiente nivel. Y, ¿dónde estás tú? Quisiera saber cuándo demonios voy a llegar a tu escalón. Pero es que no es así. No. Para ti no existen escalones, ¿por qué no me enseñas tu forma de pensar? ¿Qué va a ser de nosotros?
¿Qué va a ser de nuestros planes, de nuestras risas antes de entender de qué va la broma? ¿Qué va a ser de vuestras sonrisas? ¿Qué va a ser de mi vida, que recae en vuestros sinsentidos?

Tu trocito de mí. Voló.

No. No. No quiero parar de escribir. No quiero parar esto. No quiero parar de girar, ni de gritar ni de ganar. No quiero jamás. No quiero un nunca más.

Yo tratando de buscar el equilibrio entre no quererte y quererte sin ser. Callándome un Te quiero de cada tres. Si me quieres, bien; y si no, pues me muero.

Mientras te olvido, ¿dónde lo escondo?


Monday 16 December 2013

Y vuelves a encontrarme

Enséñame todo lo que llegaste a ser. Apréndeme célula a célula.

Mátame y acaricia mis manos. Sujétame. Como si me faltara la vida que me acabas de quitar.
Y me falta.

Pulsa el rewind. Aprende a no matar. A querer sin poseer. A mirar sin preocupar. Pero sujétame.
Y me sujetas.

Muéstrame cómo se pierde sin querer. Enséñame a jugar sin apostar. Dime de una vez de qué manera se pierden tus pedazos sin saber por qué.
Y me pierdo.
O me pierdes.

Lima mis asperezas, sin fijarte demasiado en las tuyas. Grítame. Acuchíllame. Engáñame. Finge ser feliz.
Y te arrepientes.
O despiertas.

Tienes eso de lo que puede enorgullecerse cualquier persona. Tienes esa mirada que atraviesa los muros de la indiferencia. Tienes esa sonrisa que ciega al Sol. Tienes ese caminar que acorta las distancias. Tienes esas manos que calman a las mareas. Tienes ese don. Ese don de hacer feliz.
Y me tienes.

Tienes esa bondad. Que no cabe ni en tres mundos. Tienes esa humildad. Que te sobra en los malos momentos.
Y me vuelves a tener.

Tienes ese para siempre. Casi un para siempre, diría yo. Casi. Casi estoy contigo. Casi te tengo. Casi me tienes. Casi te veo.
Ya casi estamos.
Ya casi.