I tried to say I'll be there, waiting for.
Ni siquiera sé cuándo desperté. Es de esas veces en las que sientes que podrías vivir dentro de tu sueño milenios. Los minutos, lo segundos, nada importa en ese momento.
Te aferras a las sábanas, a tu párpados cerrados, a tu ilusión por saber el final, por saber cómo acaba esa historia que tú mismo te inventas. Intentas hacer lo posible por escaparte de la rutina, de los días monótonos, de ver las nubes siempre en el mismo lugar.
Y, de repente, lo consigues, vuelves a dejarte llevar por la magia. Ya no sientes las sábanas cubriéndote cálidamente, ya no existe una rutina. Eres tú y tu sueño. Tú viviendo tu sueño. Un sueño en el que todo es como tú siempre quisiste. Lo controlas todo. Eres feliz en ese lugar, en el lugar donde las flores cantan y los pájaros brillan por sus colores. En el lugar donde no necesitas soñar para sentir que estás viviendo un sueño. En el lugar donde vivirías por siempre.
Al cabo de un tiempo, todo se te va de las manos; ya no ves el final del camino, no sabes qué pasará después, qué te espera detrás de cada puerta imaginaria.
Despiertas del todo. El maldito despertador, esa maldita canción monótona.
Corre.
Llegas tarde a tu rutina... una vez más.
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