Just a second, we're not broken.
Estoy durmiendo. Ahora mismo estoy durmiendo para todo el mundo. En diez minutos me suena el despertador y estaré despierta oficialmente, para todos. Aprovecho para contarte algo, que los que dormimos (si hablamos) siempre decimos la verdad...
...¿no?
Tengo el corazón hecho más pedazos de los que puede estar formado. Tengo cada uno en un lugar de todos a los que vas. Y vas a encontrarlos. Estoy segura de que vas a guardarlos. Y a devolvérmelos cuando lo único que nos separe sea la electricidad estática.
En realidad, lo malo de las despedidas es que no sabes sin son el comienzo o el final. El comienzo de empezar algo de forma diferente o el final de algo que ya pasó. Pero es que, cielo, creo que, a veces, solo son pausas, comas, un punto y coma (a lo sumo).
¿Sabes? Quizás esta coma sea un regalo que lleva preparándose demasiado tiempo. Y los regalos son para apreciarlos. Creo que te quiero, será eso. Será que así empezó todo. Será que pueden aplastarme mil comas caídas del cielo. Pero que yo también puedo ser como los volcanes. Y cuando menos te lo esperes, vengo con más fuerza, con más ganas, con más decisión. Pasando por entre todas esas malditas pausas. Esos malditos "cheri corta". Y ahí sí que vas a preguntarte que de dónde habremos salido nosotros para tener que coincidir en esta vida. ¿Sigues creyendo que me quieres como el primer día? Quizás sea algo así. Algo así.
Creo que te quiero.
Creo que te quiero. Creo que te quiero. Creo que te quiero.
And we can learn to love again.
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