¿Cómo te explico esto? Al escuchar el ramo de palabras dejé de respirar. Y aunque no podía ni a la ira abrazar, supe que aunque no rota, un poco más vencida me volviste. Al día siguiente tuve que recitar odas a la resistencia que aún las sangres que corren dentro o fuera de mis venas puedan guardar.
Yo ya no sé si soy feliz.
¿Cómo me explico esto? Me siento más fuerte y más perdida. El imán que me une a este suelo ahora me ata con cadenas de titanio azul. ¿Por qué nunca vas a leer esto? No lo siento ni traición ni obviedad. No lo siento ni bien ni mal. Me enfado más por mí que conmigo. Pero, ¿y qué le vamos a hacer? Yo soy todo mi amor elevado o arrastrado. Yo soy todas mis hojas que se mueven con el ritmo del aire que se acurruca en tu boca. Yo lo soy porque lo quiero. Y te quiero y te quiero.
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