Cuando deje de creer en el arte arderán las persianas que nos vieron renacer.
Cuando deje de creer en el arte morirán los referentes que le dan sentido a mis palabras.
Cuando deje de creer en el arte perderé todos los trenes que salen hacia ti.
Y es que, si tú no eres arte, ¿qué eres?, mi amor.
Cuando deje de creer en el arte amanecerá por el oeste y como si nunca hubiera existido otro amanecer.
Cuando deje de creer
en el arte
dejaré
de creer.
El frío vino cuando te fuiste tú. Y es que vengo cuando tú ya te has ido. Y te vas como si no me hubieras conocido. Pero me miras como si no pudieras volver hacerlo jamás. ¿Cómo pretendes que no te llore si me robas las horas? ¿Cómo pretendes que baile contigo al son de la música que siempre te canto cuando estamos juntos si no estamos juntos? No sé cómo prentendes que no sea yo si soy más yo cuando no soy. Empezó a llover cuando perdí tus ojos; pero para ti empezó a nevar. ¿Me quieres ya? Y no ha parado todavía, setenta, setenta, setenta días.
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