Será que le doy demasiadas vueltas a la misma manzana.
Será que te apareces todas las noches (sin haber venido).
Será que soy saudade, soy lágrima y soy silencio aterrador. Será que a veces me pierdo a mí misma pensando en qué es de mi risa cuando la busco y no responde. Será que me levanto de madrugada para escribirte todo lo que nunca te voy a decir.
Y no sé qué ha sido de nuestros desenlaces falaces. Tampoco sé cuándo murieron mis versos de amor. Ni cuando volverá el Sol.
La realidad es que esta sonda que abduce toda liberación me mantiene en alerta cuando te pasas por mi cabeza. No te voy a mirar, no te voy a mirar. Pero te veo. No te voy a escuchar, no te voy a escuchar. Pero te oigo. No te voy a llorar, no te voy a llorar. Pero
Wednesday, 22 October 2014
Sunday, 12 October 2014
No existo
Simplemente a veces el mundo no funciona como esperas.
Yo, que solo había conocido la perpendicularidad del amor, me encuentro entre el paralelismo más perfecto de golpe.
Y no es que lo prefiera o no. Lo quiera o no. Lo rechace o no. Es que es demasiado abarcar en tan poco espacio.
Si todo dependiera de la razón ni siquiera estaría viviendo. Pero el corazón ha hecho tanto daño...
Tengo un corazón suicida inmortal. No se cansa de latir, frenética y tímidamente, alternando las consecuencias de pensar en el amor.
Tengo un corazón incansable pero que obvia a todos los demás órganos, que sí se agotan. ¿Qué hará cuando se quede solo? Cuando sea un corazón latente y sin cuerpo, ¿qué será de él?
Calma, corazón, porque tienes sed de aguas que desmiembran tejidos. Tienes hambre de frutas que amedrentan a la confusión.
Corazón, ¿por qué dueles tanto?
Yo, que solo había conocido la perpendicularidad del amor, me encuentro entre el paralelismo más perfecto de golpe.
Y no es que lo prefiera o no. Lo quiera o no. Lo rechace o no. Es que es demasiado abarcar en tan poco espacio.
Si todo dependiera de la razón ni siquiera estaría viviendo. Pero el corazón ha hecho tanto daño...
Tengo un corazón suicida inmortal. No se cansa de latir, frenética y tímidamente, alternando las consecuencias de pensar en el amor.
Tengo un corazón incansable pero que obvia a todos los demás órganos, que sí se agotan. ¿Qué hará cuando se quede solo? Cuando sea un corazón latente y sin cuerpo, ¿qué será de él?
Calma, corazón, porque tienes sed de aguas que desmiembran tejidos. Tienes hambre de frutas que amedrentan a la confusión.
Corazón, ¿por qué dueles tanto?
***
No existo.
Pero tú existes.
Sunday, 5 October 2014
De ti
Te echo de menos.
Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.
Echo de menos la forma en que desordenabas todos los libros de las estanterías. Y cómo todo estaba limpio sin mover un dedo. Echo de menos la indecisión de respirar o no a cada milímetro que avanzaba la aguja del reloj.
Echo de menos el olor de tus sábanas de colores y la inmensidad de tus suspiros. La rutina que te asfixiaba y la cárcel que tú construías cada vez que tratabas de salir de ella.
Echo de menos el color de tus mejillas cuando recordabas algo que te hacía estremecer. Y el movimiento de tus manos cuando no sabías qué decir. Odiaba cuando no sabías qué decir.
Echo de menos tus excusas para no irte a dormir. Y cuando lo hacías sin avisar, abrazándote a la cama como si fuera a hundirse el suelo y no quisieras caer al vacío en soledad.
Echo de menos tu forma de mirar cuando no mirabas nada. Y la forma de tus lágrimas cuando escribías estos mismos versos.
Echo de menos el olor de tu miedo, el color de tu ira y el tacto de tu rabia. Y la felicidad que te abrumaba cuando te despertaba un rayo de Sol en la cara.
Echo de menos tu futuro incierto, que supieras que todo iría bien sin quererlo y que confiaras en ti. Y también que creyeras que siempre todo podía ser mejor.
Echo de menos tu locura medida, tus pastillas de freno, que siempre sobraban, bajo mi punto de vista. Y tu inhibición ante lo que conocías.
Echo de menos la falta de valor para hablar de ti. Y que pensaras que ya no habría vuelta atrás, que todo lo que conocías era lo que te esperaba.
No te echo de menos.
Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de ti.
Echo de menos la forma en que desordenabas todos los libros de las estanterías. Y cómo todo estaba limpio sin mover un dedo. Echo de menos la indecisión de respirar o no a cada milímetro que avanzaba la aguja del reloj.
Echo de menos el olor de tus sábanas de colores y la inmensidad de tus suspiros. La rutina que te asfixiaba y la cárcel que tú construías cada vez que tratabas de salir de ella.
Echo de menos el color de tus mejillas cuando recordabas algo que te hacía estremecer. Y el movimiento de tus manos cuando no sabías qué decir. Odiaba cuando no sabías qué decir.
Echo de menos tus excusas para no irte a dormir. Y cuando lo hacías sin avisar, abrazándote a la cama como si fuera a hundirse el suelo y no quisieras caer al vacío en soledad.
Echo de menos tu forma de mirar cuando no mirabas nada. Y la forma de tus lágrimas cuando escribías estos mismos versos.
Echo de menos el olor de tu miedo, el color de tu ira y el tacto de tu rabia. Y la felicidad que te abrumaba cuando te despertaba un rayo de Sol en la cara.
Echo de menos tu futuro incierto, que supieras que todo iría bien sin quererlo y que confiaras en ti. Y también que creyeras que siempre todo podía ser mejor.
Echo de menos tu locura medida, tus pastillas de freno, que siempre sobraban, bajo mi punto de vista. Y tu inhibición ante lo que conocías.
Echo de menos la falta de valor para hablar de ti. Y que pensaras que ya no habría vuelta atrás, que todo lo que conocías era lo que te esperaba.
No te echo de menos.
Friday, 3 October 2014
Força
Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?
Si me sueltas entre tanto viento, ¿cómo voy a continuar?
He encontrado el lugar más genial del mundo. Es como si me hiciera sentir gigante a cada momento. Como si me invitara a disfrutar de cada soplo de aire. Como si estuviera hecho para mí. He encontrado la sensación más genial del mundo. He sabido del tiempo que no necesito minutos para ser feliz. He sabido de mi risa que no necesito fachadas para construir mi mansión. He sabido de vuestras vidas que no necesito mansión para estar donde quiero estar.
¿Cómo voy a continuar?
Recuerdo que sopló la luna y era en pleno día, y entre aquellas nubes vislumbraste la Estrella Polar, y algo más.
Busco a tientas vuestro contacto, busco a tientas las uves. Busco a tientas el azul, el rubio y el calor. Y lo mejor, sin duda, es que lo encuentro. Cada día. Y envuelto en papel de regalo, de ese que brilla y guardas en el cajón, de recuerdo. Soy demasiado feliz. He encontrado demasiado de pronto este lugar.
Y me siento como si pudiera saltar desde un décimo piso y aterrizar sin rasguños. Y cuánto nos queda por hacer. Y ojalá solo vaya a más.
Aire que se lleva tus misterios, hacia el Sur se van.
Y sé que a veces piensas que estoy algo ido pero nunca pierdo una sola oportunidad de admirar cómo te deslizas como si fueras de viento y al contacto con mis dedos te desvanecieras.
Si tu magia ya no me hace efecto...
Si me sueltas entre tanto viento, ¿cómo voy a continuar?
He encontrado el lugar más genial del mundo. Es como si me hiciera sentir gigante a cada momento. Como si me invitara a disfrutar de cada soplo de aire. Como si estuviera hecho para mí. He encontrado la sensación más genial del mundo. He sabido del tiempo que no necesito minutos para ser feliz. He sabido de mi risa que no necesito fachadas para construir mi mansión. He sabido de vuestras vidas que no necesito mansión para estar donde quiero estar.
¿Cómo voy a continuar?
Recuerdo que sopló la luna y era en pleno día, y entre aquellas nubes vislumbraste la Estrella Polar, y algo más.
Busco a tientas vuestro contacto, busco a tientas las uves. Busco a tientas el azul, el rubio y el calor. Y lo mejor, sin duda, es que lo encuentro. Cada día. Y envuelto en papel de regalo, de ese que brilla y guardas en el cajón, de recuerdo. Soy demasiado feliz. He encontrado demasiado de pronto este lugar.
Y me siento como si pudiera saltar desde un décimo piso y aterrizar sin rasguños. Y cuánto nos queda por hacer. Y ojalá solo vaya a más.
Aire que se lleva tus misterios, hacia el Sur se van.
Y sé que a veces piensas que estoy algo ido pero nunca pierdo una sola oportunidad de admirar cómo te deslizas como si fueras de viento y al contacto con mis dedos te desvanecieras.
Si tu magia ya no me hace efecto...
...¿cómo voy a continuar?
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