Desapareces los lunes y me vienes dando zancadas los miércoles. Te escondes los jueves y apareces silbando los viernes. Los sábados no hay quien te encuentre y los domingos... bueno, los domingos son míos. Nunca fueron tuyos. Quizá sí de tus recuerdos o de lo que me hacías sentir
Pero, y si me partes el corazón, que sea mañana, mañana.
Ya no sé lo que piensas. Aunque nunca lo supe. Quizás nunca quisiste que lo supiera. Y siempre consigues lo que quieres, sin querer o queriendo. Siempre fuiste un misterio. Y lo serás. Porque no sé qué es lo que tienes que no te esfumas en un parpadeo. Ni te confundo entre el humo de los coches. Ni dejo de acordarme de cada noche.
Debería asustarme, avergonzarme, criticarme. Odiarme. No, nunca odiarme. Nunca odiarte.
Sigo esperando tu carta en el buzón. Tus detalles de película a media noche. Tus confesiones totalmente predecibles. Tu "Ten cuidado, no
Pero, ¿sabes cuál es la diferencia? Que ambos hemos elegido no tener que enfrentarnos a todo eso nunca más. He decidido no tener que plantar cara a un como todos.
Soy feliz siendo persona... pero quizás nuestra
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