Monday, 9 September 2024

un bosque

 

Se cuela tímido un rayo de sol entre las hojas de un ciruelo cuando una infinita bandada de pajaros sobrevuelan tu pelito rebelde. Me miras y te estoy mirando. Veo por dentro cómo te brotan unas raíces preciosas que se asientan con esmero, con cuidado, lento. Muy lento. Me dicen que quieren hacer las cosas bien, quieren anidar en ti y que las riegues con tu dulzura. Me confiesan que no hay pies que antes hayan pisado con más firmeza el suelo de donde vienen. Y, entonces, lo entiendo. Lo onírico, lo que tiene que ser, los proyectos que vienen a amueblar nuestras cabecitas. Lo entiendo todo y te sigo mirando. No hablas, haces fotografías con el brillo de tus ojos y yo me empiezo a convertir en árbol. En un roblecito que no quiere más que crecer. Me haces árbol y me haces luz.


Friday, 12 April 2024

las cicatrices

Hay días que me pesan las cicatrices. Y entonces las miro y luego soy incapaz de mantenerles la mirada más de un par de segundos. Me zarandean la cabeza hacia todos lados con sus manos invisibles. Y yo me siento como una pluma que no puede más que dejarse llevar por los vientos de tormenta.

Han creado en mí unas sombras negras que a veces cavan agujeritos por toda mi espalda y parte de mi pecho. Y al respirar, el aire se cuela por ellos como si fueran surcos que los volcanes de los días han ido construyendo a través de mis músculos y mis venas.


Hay días que solo existen las cicatrices. Y gritan tanto que se transforman en rayos punzantes. Me recorren los nervios y me obligan a cerrar los ojitos varios microsegundos. Al abrirlos, luego, me acuerdo de todas las veces que llené las piscinas de mi cuerpo. Y me invento alguna más.


Voy, poco a poco, depurando estas aguas turquesas. Voy filtrando los minerales nuevos que se han ido inventando. Y me hago una casita en forma de iglú. Me meto dentro y de repente no hay sonido. No hay rumores. No hay, por haber, ni caracolas ni mar. Cierro los ojos y los nácares me ciegan. Aun así. Me ciegan. Pienso, después, en todas las veces que me olvidé de ellas. De las cicatrices. Y me aborda una pena inmensa que no me hace daño.


Hay días que acaricio las cicatrices. Y sin querer y sin quererlas, me quedo dormida bajo su embrujo.