a ti
cómo te cuento esto
si ni sé de dónde has salido ni me di cuenta de que te miré venir
pero no te vi
y ahora, que te veo, me convierto en agua hirviendo
que se evapora y sube y sube y sube allá arriba
nos convertimos en un lago cuando nos juntamos como dos gotas
corremos tan rápido que nos tiramos al vacío en forma de catarata
nos miramos a los ojos y no pensamos en la caída
para qué, mi amor
para qué
cuándo piensa el agua a quién salpica
por qué no va a ir al mar un río
por qué no me aprietas contra tu pecho
y que salga disparado el miedo
has tocado las partes de mí que aún no te conocían
me atrevería a garantizarte que has inventado partes de mí
y cómo pretendes que lo entienda, que lo crea
cómo pretendes que pare de pisar el acelerador
ahora que conozco la velocidad y el viento de cara
cuando salgamos de esta, si salimos de esta
prométeme que volveremos a entrar
para decirle al mundo que nos deje en paz
que no nos digan ni quién ni el qué ni el cómo hacer
tengo una semillita en el corazón, que no paro de regar
y ella hace un ruidito muy bajito, que suena tan tierno
como cuando se agarran dos manos tímidas de amor
al escucharlo, se me estremecen las costillas y los deditos de los pies
y pienso en la forma en la que la mirarías tú si pudieras verla
que creo que se parecería a la forma en la que miras mis ojos cuando escuchas mis latidos
que creo que se parecería a la manera en la que miras mis ojitos cuando cierras los tuyos
hasta mi pelo susurra tu nombre y eso que aún no vives en mí
hasta mis dedos se mueven al compás de la respiración que imagino que tienes
dime si puedes explicarme lo que nos está pasando
porque yo he perdido la noción de las cosas tangibles de la vida
yo perdí el sentido el día que me miraste y supe que me viste