busco desesperadamente respuestas a las preguntas que solo me hago en mi cabeza
como no me atrevo a pronunciarlas, por si me doy cuenta de que son de verdad, siguen allá adentro
sigo pensando que son caminos pedregosos, recorridos imposibles, laberintos sin solución
no paro de repetirme que solo es tiempo, ya salga bien o mal, para que unos rompecabezas solapen a otros
no paran estos de instalar letreros de neón, entonces, tratando de hacerme entender que aun así siguen siendo las mismas preguntas, estas no se pueden solapar como los otros
es como un árbol genealógico dentro de mi cabeza
por qué no las contesto, me pregunto, no sé las respuestas, me respondo
sigo rodeada de esta masa de deseos irrefrenables, que me miran y suspiran cuando me sorprenden fijando los ojos en la ventana del vagón
no estoy mirando allá fuera, no estoy mirando el cristal, no estoy mirando a mi reflejo, estoy mirándolos a ellos
a todos a la vez
qué he hecho yo toda mi vida en este lugar, siempre coincido conmigo
me gustaría despegar los brazos de mi cuerpo y que soplara el viento fuerte, que me picara la garganta por el frío polar y se me encogieran los pulmones
no sé si él sería capaz de moverme del suelo al que siempre estoy anclada pero con ansia me gustaría comprobarlo
quiero tirarme en paracaídas
parar
la
caída
dime que quien hay ahí abajo no vuelvo a ser yo
dime que me voy a perder de vista si salto desde arriba